domingo, 9 de septiembre de 2012



Cronología:

       En la primera edad media, las tensiones entre judíos y cristiano eran relativamente reducidas, fue en el siglo XII hasta la mitad del siglo XIV, donde la situación cambio rotundamente, las políticas de la iglesia y del estado con respecto a los judíos eran parecidas  llegando a competir entre ellas, convirtiéndose así el antisemitismo en algo que se desarrollo en masas. Sucedió  algo similar con respecto a la hechicería y la homosexualidad aunque en distintos momentos ya que esa manifestación se produjo a partir del siglo XIII.
Aceptación.
Los judíos:
En la alta edad media, la población cristiana coexistía con los judíos sin mayores problemas, llegando en ciertas ocasiones incluso a apoyarlos.
A principios de la edad media, existían comunidades judías más o menos importantes en Italia Alemania, donde se habían establecido en la antigüedad al igual que en Francia y la península Ibérica. En el impero carolingio, bajo el reinado de los sucesores de Carlomagno, y en particular de Luis Piadoso, esas comunidades prosperaron. Incluso se había instituido un “magistrado de los judíos” para resolver los problemas entre judíos y cristianos.
Rara vez se tomaban medidas en contra de los judíos al contrario muchas veces las personas actuaban en contra de las presiones ejercidas por las autoridades eclesiásticas. El obispo Rathier de Verona se quejaba en 965 de que los fieles no compartieran su propia hostilidad con los judíos.
Los judíos ejercían muchos oficios, pero para los cristianos los más conocidos eran los que tenían relación con ellos es decir el comercio y el préstamo de dinero. Como la iglesia prohibía el préstamo a interés algunos de los judíos más ricos se convirtieron en verdaderos banqueros en el siglo  XII, lo que les permitió un importante desarrollo económico. Pero al convertirse los oficios en corporaciones religiosas los judíos, ya no podían practicar el artesanado o el comercio con el mundo no judío, por lo cual el préstamo a interés era su único contacto con los cristianos. Pero como el préstamo a interés estaba prohibido y debió competir con grandes instituciones cristianas, esto comenzó a declinar visiblemente por lo  cual  esto se redujo a  préstamos con garantía destinados a una clientela modesta. Y así fue como algunos judíos pudieron reunir importantes fortunas. El arzobispo de Narbona    otorgo una carta de Franquicia a los judíos de su ciudad, mediante el precio de entrada de 10 libras tornesas y una renta anual de 0 sueldos por casa habitada. Las expulsiones destinadas a conseguir conversiones provenían ante todo del clero. En el siglo X, el papa León VII, respondiendo al arzobispo de Maguncia quien le había preguntado si había que obligara los judíos a bautizarse o bien expulsarlos, le recomendó que les predicara la buena palabra, pero sin obligarlos a bautizarse, aunque debía amenazarlos con el exilio si no se convertían.

Los Brujos.
La “Buja nocturna” no fue un invento medieval. A principios del siglo XI, Burchard  obispo de worms, escribía: "¿Has compartido la creencia de muchas mujeres, de seguir a Satán? ¿Qué en el silencio de la noche, después de haberte acostado en tu cama y mientras tu marido descansa sobre tu seno, tienes el poder, aunque sea corporal, de salir por la puerta cerrada y recorrer el espacio con otras mujeres parecidas a ti? ¿Qué tienes el poder de matar, con armas invisibles, a cristianos bautizados y redimidos por la sangre de Cristo, comer su carne después de cocinarla, y poner paja o cualquier otro objeto en el lugar de su corazón? ¿Qué después de comerlos, tienes el poder de hacerlos resucitar y de otorgarles un prorroga para vivir?” En su libro  Penitencial Burchard hablaba de la existencia de una diosa pagana llamada Diana la cual era la que inducia a las mujeres a cabalgar con ella grandes distancia en las noches obedeciendo sus órdenes.  Decía que en efecto, muchas personas creen que esas cabalgatas de Diana realmente existen separándose de la verdadera fe, cayendo en el error de los paganos creer que existe otra divinidad fuera del único Dios. Agregaba que “¿Quién puede ser conducido fuera de sí mismo –si no es en sueños y en las pesadillas nocturnas- y ver mientras duermes lo único que nunca has visto despierto? ¿Quién puede ser tan tonto y tan estúpido como para imaginar que esos fantasmas, frutos de la imaginación, aparecen corporalmente?”. Notemos que se trata de una creencia, en la cual las mujeres son súbditas de una reina sobrenatural que las dirige durante sus vuelos nocturnos. Los demonios podían empujar al pecado a los seres humanos cuando soñaban, pero imaginar que los sueños constituían la realidad, que se pudiera participar en vuelos nocturnos, era contrario a la fe. Sin embargo, hasta el siglo XIII, la iglesia no condenaba severamente esas creencias. Si lo hizo posteriormente.
Los Homosexuales.
La erótica antigua era misógina, y desconfiaba de la mujer de la pasión que ella podía inspirar. Según el historiador John Boswell hasta el siglo XIII la homosexualidad estuvo difundida en el occidente cristiano y nunca fue objeto de condena. La homosexualidad no tenía un lugar privilegiado con respecto a los demás pecados. Sin embargo San Colombano condenaba severamente al laico  que se unía a un hombre como se hace con una mujer.  El monje Wetti declaro que un ángel le había dicho quenada ofendía mas a Dios que el pecado contra natura.
Las cosas cambiaron a fines del siglo X. San Pedro Damiano, escribió el libro de Gomorra, en el cual denunciaba las relaciones sexuales entre hombres, sobre todo en el clérigo.  Aelred Abad del monasterio cisterciense de Rielvaux se dedico a mostrar el valor del amor entre personas del mismo sexo, la atracción entre hombres siempre fue un papel importante durante su vida. Incluso muchas veces paso al acto mismo, en busca de placer.”En la época en que los bajos impulsos de la carne y el bullente de manantial de la adolescencia había elevarse una nube de deseo”
Georges Duby escribe en su libro, “Así en este asunto todo gira en torno al amor, pero no nos engañemos: en  torno al amor entre hombres.  Esto ya no nos sorprende. Empezamos  descubrir que el amor que siente el caballero por la dama elegida, quizá disimulaba lo esencial, o más bien, proyectaba en el terreno del juego la imagen invertida de lo esencial: Intercambios amorosos entre guerreros”.
La homosexualidad estaba difundida en esa época en los países del occidente cristiano, así como en los pises escandinavos y en tierra santa. Hilebert de Lavardin, arzobispo de Tours desde 1125 hasta 1133, dio a entender claramente que la homosexualidad involucraba a personas incluso  las más eminentes.
Innumerables Ganimedes honra innumerables altares
Y Juno se lamenta porque ya no recibe la misma atención que antes
Se manchan con ese vicio el hombre joven, el hombre, hecho y el viejo,
Y ningún rango está exento de ello.

Otro texto decía que Chartres, Sens, Orleans y Paris eran centros de amo homosexual. Gautier de Châtillon aseguraba que los jóvenes nobles descubrían la homosexualidad durante sus estudios, que él había conocido una gran cantidad de clérigos sodomitas. Escribió “Los príncipes han hecho de este crimen un habito”.  Pero esto cambio, especialmente a partir del siglo XIII, donde vino la represión, pero esto no puso a fin a la homosexualidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario