Rechazo
Los judíos
Raoul
Glaber, relata que fue en la época de la primera cruzada, el movimiento estalló
en Francia y en Italia como respuesta a un presunto pacto entre judíos y
musulmanes. Se decía que los judíos de Orléans habían advertido al sultán
el Hakem que si no se destruía rápidamente la iglesia del santo sepulcro, los
cristianos irían ocupar su reino. El Hakem ordeno entonces, en 1009, que
se destruyera el lugar sagrado. “Objetos del odio universal,
expulsados de las ciudades, algunos pasados por el filo de la espada, otros
ahogados en los ríos, asesinados de mil maneras diferentes, incluso algunos de
ellos se suicidaron en diversas formas. De modo que después de esas justas
represalias apenas podían encontrarse algunos de ellos en el mundo romano”. Los
judíos debieron abandonar Maguncia en 1012. Los judíos fugitivos y errantes,
que se ocultaron en lugares alejados, habían escapado de la masacre
anteriormente descrita, comenzaron mostrarse de nuevo en pequeñas cantidades en
las ciudades años después de la destrucción del santuario. Y como era
necesario, que quedaran siempre algunos de ellos vivos para servir como prueba
permanente de su propio crimen o ser un testimonio de la sangre derramada por
Cristo. “Por esa razón creemos, la providencia quiso que el odio de los
cristianos hacia ellos se morigerara durante un tiempo”
Pero se
inicio un cambio en primer por la extensión del territorio donde ocurrían las
persecuciones, luego porque la llevaban a cabo al mismo tiempo el poder
civil y el poder religioso. El rey de Francia Roberto el Piadoso y el emperador
de Alemania enrique II se aliaron con los obispos. Ahora el judío era
considerado un ser maléfico. Cuando en 1020 en roma hubo en terremoto se le
acuso s los judíos ser los culpables Raoul Glaber señalo que en la misma época,
en Toulouse existía una costumbre brutal. “Al darle una bofetada a un odio,
como se acostumbraba haber en ese lugar todos los años en la fiesta de pascua,
el capellán del vizconde de Rochechouart súbitamente hizo saltar los sesos y
los ojos de la cabeza del pérfido, que cayeron al suelo: el judío murió en el
acto”.
Los judíos
eran excluidos de las cruzadas. A la eliminación social se agrego una
eliminación económica. “El siglo XI anuncio el cambio, y las cruzadas marcaron
el punto de inflexión” Bernhrd Blumenkranz. Las amenazas que se utilizaron en
el siglo XII provocaron represión y con frecuencia, expulsiones, en los siglos
XIII y XIV. Esa situación se produjo en primer lugar en Inglaterra, Alemania y
Francia , en España tuvo lugar un siglo más tarde mientras que en Italia
las relaciones judeocristianas siguieron siendo bastantes buenas”
considerado al principio como diferente, luego como extranjero, el judío se
convirtió en el enemigo” Georges Dahan 248 .
Se le
hacía responsable de diversos delitos. Y en primer lugar de asesinatos
rituales. El esquema era casi siempre el mismo al descubrir el cadáver de
un niño se le culpaba a los judíos ya que se decía que ellos en la celebración
de la semana santa, mataban todos los años a un cristiano para demostrar
su desprecio por la religión cristiana. Otra acusación que se les hacía,
era la profanación de hostias. Pero una de las principales razones para
que los judíos fueran odiados fue que ellos hacían préstamo de dinero, lo
que por la iglesia era considerado como usura
según la iglesia católica. Los cristianos tenían una ley que decía “Podrás
prestar a interés al extranjero, pero no a tu hermano” y ya que los judíos se
regían por otras leyes para ellos el préstamo a interés no era ilícito
Al
transcurrir el siglo XIII, la legislación se volvió mas restrictivas, tanto por
parte de las autoridades civiles como las eclesiásticas. El canon 67 del IV
concilio de Letrán, realizado en 1215 trato de reglamentar el préstamo de los
judíos a los cristianos, aunque sin lograrlo realmente. La iglesia se
opuso a la usura con mayor fuerza aun a la usura en el siglo XIV. El concilio
de Vienne (1311-1312) declaro que legitimar la usura era hacerse culpable de
herejía.
La
expulsión definitiva de los judíos de Francia fue en 1394. En Inglaterra la
situación de los judíos empeoro bajo el reinado de enrique III. En 1275, el rey
de Inglaterra Eduardo I decreto: 2Por el honor de dios y el bien común del
pueblo, que a partir de ahora ningún judío practique en ninguna forma la
usura”. Pero hay que resaltar que en Inglaterra a los judíos se les
cobraban pesados impuestos y sufrían la competencia de grandes empresas
italianas por lo cual cambiar de rubro era más difícil de lo que parecía. Su
Expulsión del reino en 1291 fue más por motivos económicos que por enemistades,
ya que el rey Eduardo I quiso solucionar los problemas financieros mediante la expoliación.
Durante el
siglo XIII se comenzó a representar a los judíos según un estereotipo, de
características físicas como nariz ganchuda, labios gruesos. En El concilio de
Letrán de 1215 que pedía que todos los judíos utilizaran una vestimenta
diferente a la de los cristianos, para que asi los judíos se diferencien para
no provocar confusiones. En 1283, El rey de Francia Felipe III dijo “Os mandamos
y pedimos insistentemente que hagáis aplicar el estatuto anteriormente
promulgado sobre los judíos: que puedan diferenciarse fácilmente de los
cristianos llevando un pequeño círculo de fieltro en el pecho y el otro en la
espalda… Además en nuestro reino, no deben vivir en la ciudades pequeñas, en
medio de simples cristianos, sino en grandes ciudades y los lugares más
importantes y los barrios en los que habitan desde hace mucho tiempo”
Esta
manera de considerar a los judíos explica las persecuciones basadas en las
acusaciones de envenenamiento de pozos en complicidad con los leprosos, y la
propagación de la peste negra en 1348. Juan el hermoso escribió una
crónica, a propósito de los hechos ocurridos en Lieja en 1349: “Cuando vieron
que esa mortandad y pestilencia no cesaba a pesar de los actos de penitencia,
nació un rumor según el cual esa mortandad provenía de los judíos, y que los
judíos habían arrojado ponzoña y veneno en los pozos y las fuentes del mundo
entero, con el objeto de envenenar a toda la cristiandad, para tomar el poder
en toda la tierra. Por eso, todos, poderosos o humildes, están tan indignados
contra ellos que los señores y la justicia local los quemaban y los mataban en
todos los lugares por donde pasaban”. Los perseguidores invocaban
siempre su deseo de vengar a Cristo, pero las causas religiosas no eran
forzosamente las predominantes. A fines de la edad media comenzaron a p
roliferar
los pogromos.
El
conflicto fue más agudo en castilla, porque allí tenía lugar una disputa
dinástica entre el rey Pedro I el Cruel, que se apoyaba manifiestamente en los
judíos, y su medio hermano Enrique de Trastamara, cuyas tropas saqueaban los
barrios en los que residían. Los judíos terminaron por unirse a Enrique
II, que venció en el 1369.
Al llegar al trono Enrique III, quien
aun era menor de edad al comienzo de su reinado, desencadeno una gran
agitación.
En este contextos comenzaron a producirse los pogromos. En primer lugar en Sevilla, el 6 de junio
de 1391. Los desordenes llegaron a córdoba, cuenca, donde varios miembros del consejo municipal tomaron parte en la masacre. Era el 18 junio. El incendio se propago hasta valencia, y luego llego a Cataluña, donde, en Barcelona, durante cuatro días, se cometieron las peores atrocidades. En esa ciudad, el sábado 5 de agosto, al comenzarla tarde, una pequeña tropa compuesta por marinos castellanos, provenientes del puerto, puso fuego al pórtico del barrio judío y masacro a un centenar de sus habitantes. El saqueo duro toda la tarde y toda la noche, los judíos sobrevivientes hallaron refugio en el vecino castillo nuevo real. El domingo 6 hubo una cierta distensión y se empezó a controlar la situación. Pero el lunes 7, cuando estaban por colgar a diez castellanos, hacia la una de la tarde, estallo un levantamiento popular. Los sublevados devolvieron libertad a los detenidos. Tocaron a rebato en la catedral. Durante la noche, se incendiaron los archivos judiciales. El martes 8 de agosto, los judíos refugiados en el catillo nuevo, que no habían podido comer ni beber, tuvieron que rendirse. Muchos de ellos fueron bautizados por la fuerza. Pero muchos otros, alrededor de trescientos, especialmente mujeres, se negaron y fueron asesinados. Comenzó entonces un periodo en cuyo transcurso Barcelona lo vivió bajo la amenaza popular. En España, los esfuerzos de l iglesia, y luego del poder real, que pronuncio muchas condenas a la hoguera, terminaron en fracaso. De manera que en 1492, los soberanos optaron por la solución de la expulsión. Aunque subsistieron algunas comunidades judías en occidente, esa fecha marco el final del judaísmo medieval en occidente.
Los Brujos.
A principios del siglo XIV, tuvieron lugar algunos procesos que sacaron a la luz la obsesión satánica. El papa Avignon, Juan XXII, promulgo una bula, en 1226, en la que equiparaba la brujería con la herejía entonces comenzaron a intervenir los inquisidores. A fines del siglo XIV y durante todo el siglo XI se desarrollaron muchos procesos y se escribieron bastantes libros sobre el tema, según “El martillo de las brujas” los hombres eran atacados por la locura amorosa alrededor de la cual giraban la impotencia masculina, la frigidez femenina, la esterilidad, los abortos, los adulterios y la fornicación. El maleficio provenía en primer lugar de la mujer. En efecto, había que traicionar la fe, y la mujer estaba predispuesta a ello por conocer la magia y comunicarla, y la mujer lo hacía por medio del chismorreo que era propio. Había que entregarse sin moderación a los celos la cólera, y la débil voluntad de la mujer la inclinaba a hacerlo. Había que ser capaz de bajezas morales, y las mujeres, insaciables en el plano sexual, podían hacerlo perfectamente. El inquisidor tenía que utilizar todos sus recursos para hacer confesar a la bruja, desde la astucia hasta la violencia. Una de las maneras de comenzar una tortura era que mientras los ministros se preparan, se desnuda a la acusada… cuando están listos los instrumentos, el juez en persona o por intermedio de hombres honestos y celosos de la fe invitara a la acusada a decir la verdad voluntariamente. Luego, si ella se niega, ordenara a los verdugos que la aten con cuerdas y le apliquen otros instrumentos de tortura: ellos deben obedecer de inmediato, no con alegría, sino como una turbación interior. A continuación, el juez solicitara que la saquen, por pedido de algunos, que la pongan a un lado para volver a convencerla. Y al hacer esto, que le informen que podría no ser condenada a muerte. Las ejecuciones de Brujos, y sobre todo de brujas, eran cada vez más frecuentes. Según el diario de Jehan Aubrion, burgués de Metz, referente al año 1488, en tres meses del 17 de junio al 22 de septiembre, unas treinta mujeres fueron condenadas por brujería y casi todas fueron quemadas. Si había una epidemia se le acusaba a la brujas
En este contextos comenzaron a producirse los pogromos. En primer lugar en Sevilla, el 6 de junio
de 1391. Los desordenes llegaron a córdoba, cuenca, donde varios miembros del consejo municipal tomaron parte en la masacre. Era el 18 junio. El incendio se propago hasta valencia, y luego llego a Cataluña, donde, en Barcelona, durante cuatro días, se cometieron las peores atrocidades. En esa ciudad, el sábado 5 de agosto, al comenzarla tarde, una pequeña tropa compuesta por marinos castellanos, provenientes del puerto, puso fuego al pórtico del barrio judío y masacro a un centenar de sus habitantes. El saqueo duro toda la tarde y toda la noche, los judíos sobrevivientes hallaron refugio en el vecino castillo nuevo real. El domingo 6 hubo una cierta distensión y se empezó a controlar la situación. Pero el lunes 7, cuando estaban por colgar a diez castellanos, hacia la una de la tarde, estallo un levantamiento popular. Los sublevados devolvieron libertad a los detenidos. Tocaron a rebato en la catedral. Durante la noche, se incendiaron los archivos judiciales. El martes 8 de agosto, los judíos refugiados en el catillo nuevo, que no habían podido comer ni beber, tuvieron que rendirse. Muchos de ellos fueron bautizados por la fuerza. Pero muchos otros, alrededor de trescientos, especialmente mujeres, se negaron y fueron asesinados. Comenzó entonces un periodo en cuyo transcurso Barcelona lo vivió bajo la amenaza popular. En España, los esfuerzos de l iglesia, y luego del poder real, que pronuncio muchas condenas a la hoguera, terminaron en fracaso. De manera que en 1492, los soberanos optaron por la solución de la expulsión. Aunque subsistieron algunas comunidades judías en occidente, esa fecha marco el final del judaísmo medieval en occidente.
Los Brujos.
A principios del siglo XIV, tuvieron lugar algunos procesos que sacaron a la luz la obsesión satánica. El papa Avignon, Juan XXII, promulgo una bula, en 1226, en la que equiparaba la brujería con la herejía entonces comenzaron a intervenir los inquisidores. A fines del siglo XIV y durante todo el siglo XI se desarrollaron muchos procesos y se escribieron bastantes libros sobre el tema, según “El martillo de las brujas” los hombres eran atacados por la locura amorosa alrededor de la cual giraban la impotencia masculina, la frigidez femenina, la esterilidad, los abortos, los adulterios y la fornicación. El maleficio provenía en primer lugar de la mujer. En efecto, había que traicionar la fe, y la mujer estaba predispuesta a ello por conocer la magia y comunicarla, y la mujer lo hacía por medio del chismorreo que era propio. Había que entregarse sin moderación a los celos la cólera, y la débil voluntad de la mujer la inclinaba a hacerlo. Había que ser capaz de bajezas morales, y las mujeres, insaciables en el plano sexual, podían hacerlo perfectamente. El inquisidor tenía que utilizar todos sus recursos para hacer confesar a la bruja, desde la astucia hasta la violencia. Una de las maneras de comenzar una tortura era que mientras los ministros se preparan, se desnuda a la acusada… cuando están listos los instrumentos, el juez en persona o por intermedio de hombres honestos y celosos de la fe invitara a la acusada a decir la verdad voluntariamente. Luego, si ella se niega, ordenara a los verdugos que la aten con cuerdas y le apliquen otros instrumentos de tortura: ellos deben obedecer de inmediato, no con alegría, sino como una turbación interior. A continuación, el juez solicitara que la saquen, por pedido de algunos, que la pongan a un lado para volver a convencerla. Y al hacer esto, que le informen que podría no ser condenada a muerte. Las ejecuciones de Brujos, y sobre todo de brujas, eran cada vez más frecuentes. Según el diario de Jehan Aubrion, burgués de Metz, referente al año 1488, en tres meses del 17 de junio al 22 de septiembre, unas treinta mujeres fueron condenadas por brujería y casi todas fueron quemadas. Si había una epidemia se le acusaba a la brujas
Los
Homosexuales.
En 1179, en el tercer concilio de Letrán, se promulgo una condena que se refería a los homosexuales: “Toda persona que sea reconocida culpable de haber cometido ese acto de incontinencia contra natura, si se trata de un clérigo, será reducido al estado laico, o encerrado en un monasterio para hacer penitencia; si se trata de un laico, será excomulgado y separado de la comunidad de los fieles”. Los homosexuales también fueron afectados por las cruzadas. En muchos textos occidentales se les atribuye una sexualidad desenfrenada a los musulmanes. Según Jacques de Vitry, Mahoma, “enemigo de la naturaleza, introdujo el vicio de la sodomía en su pueblo. Sus adeptos fuerzan a tener relaciones sexuales con ellos, no solamente a personas de ambos sexos, sino también a los animales”. Las legislaciones occidentales del siglo XIII muestran este desarrollo. En Francia, escuela de derecho de Orleans publico un código que ordenaba la castración a la primera falta-sin duda, la ablación de los testículos-; la ablación de un miembro, a la segunda- seguramente la del pene-, y la pena de la hoguera para la tercera. Aunque las leyes eran severas se aplicaban con irregularidad, especialmente porque se suponía que las faltas sexuales correspondían a la justicia eclesiástica.
En 1179, en el tercer concilio de Letrán, se promulgo una condena que se refería a los homosexuales: “Toda persona que sea reconocida culpable de haber cometido ese acto de incontinencia contra natura, si se trata de un clérigo, será reducido al estado laico, o encerrado en un monasterio para hacer penitencia; si se trata de un laico, será excomulgado y separado de la comunidad de los fieles”. Los homosexuales también fueron afectados por las cruzadas. En muchos textos occidentales se les atribuye una sexualidad desenfrenada a los musulmanes. Según Jacques de Vitry, Mahoma, “enemigo de la naturaleza, introdujo el vicio de la sodomía en su pueblo. Sus adeptos fuerzan a tener relaciones sexuales con ellos, no solamente a personas de ambos sexos, sino también a los animales”. Las legislaciones occidentales del siglo XIII muestran este desarrollo. En Francia, escuela de derecho de Orleans publico un código que ordenaba la castración a la primera falta-sin duda, la ablación de los testículos-; la ablación de un miembro, a la segunda- seguramente la del pene-, y la pena de la hoguera para la tercera. Aunque las leyes eran severas se aplicaban con irregularidad, especialmente porque se suponía que las faltas sexuales correspondían a la justicia eclesiástica.
Según los
registros del inquisidor Jacques Fournier (1318-1325) se pudo entender la
homosexualidad de una manera concreta un ejemplo es el de Arnaud Vernillle,
cuando su padre lo envió a estudiar gramatica con Pons de Massabuc. “Dormí
durante seis semanas en la misma cama que Arnaud Aureol. Cuando ya había
compartido dos o tres noches, el, creyendo que yo estaba dormido, me tomo entre
sus brazos, me coloco entre sus mulos, y colocando también su miembro viril
entre mis muslos, se movió como si estuviera con una mujer, y eyaculo entre mis
muslos. Reitero este pecado casi todas la noches, durante el tiempo que dormí
con el”. Arnaud fue condenado al muro estrictísimo, a pan y agua y a reclusión
perpetua.
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