domingo, 9 de septiembre de 2012

“Las distracciones”




En la Edad Media algunos hombres de la Iglesia, y especialmente los monjes, pregonaban el “desprecio por el mundo”, algunos pensadores consideraban que el placer era legítimo. Y sobre todo los hombres de esa época querían disfrutar de la vida, y aspiraban a divertirse.
En el norte de áfrica era muy popular un juego de pelota llamado soule, este se pateaba con el pie. También había otra variante en donde la pelota se golpeaba con un palo con la punta curvada, en el partido del soule se jugaba en distintas regiones o con los mismos habitantes de la misma aldea.
Los burgueses preferían el juego de la palma le colocaron así por el hecho en que se jugaba con la mano. A fines del siglo XV y a principios del siglo XVI cambiaron la mano por una raqueta.
A los señores feudales les gustaba jugar al estafermo, se trataba de que colocaban a un muñeco arriba de un poste donde este giraba sobre un eje, en la mano izquierda le colocaban un escudo y en la derecha un palo o una espada y los jinetes debían pasar y golpearles en la mitad de su pecho y si fallaban este giraba y le pegaba al participante.
En la aristocracia les gustaba jugar al ajedrez porque decían que lo utilizaban para poder relajarse y reflexionar la fuerza y habilidad.

Dentro de las distracciones de la época las fiestas resaltaban por ser grandes eventos. Existían de distintos tipos como hasta el día de hoy. Había con fines religiosos, paganos, reales y campesinos. Cada una caracterizaba el actuar de la localidad donde se desarrollaban y requerían de la participación tanto de hombres como mujeres. Se realizaban por temporadas y por eventos exclusivos como lo era el nacimiento o casamiento de algún personaje real.
En toda fiesta era infaltable el acompañamiento de música y es en esta época donde se le empieza a dar valor.

La literatura en un inicio fue solo para el alto clero, pero con los años se difundió en la realeza y en algunos otros.

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